Donación de células madre y médula ósea
Para el tratamiento de algunos tipos de cáncer, se puede hacer un trasplante de células madre. Por ejemplo, para el mieloma múltiple, la leucemia y el linfoma.
Para un trasplante de células madre se necesita un donante. Hay personas que deciden donar células madre a un ser querido al que le diagnosticaron de cáncer. Otras personas donan a alguien que no conocen.
En este documento encontrará más detalles del proceso.
¿Qué son las células madre?
Las células madre son células muy jóvenes que todavía no se desarrollaron. Se pueden convertir en los 3 tipos diferentes de glóbulos: blancos, rojos y plaquetas.
La mayoría de estas células viven en la médula ósea, el centro esponjoso de los huesos. Allí es donde se dividen y producen glóbulos nuevos. Una vez que maduran, abandonan la médula ósea y entran en el torrente sanguíneo. También hay una cantidad pequeña de células madre inmaduras que llegan al torrente sanguíneo. Se llaman células madre de sangre periférica.
Los tipos de cáncer de la sangre, como la leucemia, el mieloma múltiple y el linfoma, también empiezan en los glóbulos. Los proveedores de atención médica podrían recurrir al trasplante de células madre para tratar estos tipos de cáncer. Primero, se usan dosis muy altas de quimioterapia para destruir las células cancerosas. Con este tratamiento, también se detiene la producción de glóbulos de la médula ósea durante un período corto. Luego, los proveedores pueden trasplantar células madre del paciente o de un donante. Estas células madre sanas crecen y se convierten en glóbulos maduros que funcionan con normalidad, se dividen y forman células nuevas sin cáncer. Cuando se usan células de un donante, estas células suelen encontrar y destruir las células cancerosas mejor que el propio sistema inmunitario del paciente.
Búsqueda de compatibilidad
Cuando hay una compatibilidad estrecha, las posibilidades de que el trasplante funcione son mayores. También se reduce el riesgo de complicaciones; por ejemplo, que las células del donante ataquen a las del paciente.
El proveedor de atención médica puede pedir a los familiares directos que se hagan una prueba de antígeno leucocitario humano (HLA, por su sigla en inglés). Con esta prueba, se analizan los marcadores genéticos de los glóbulos blancos. Si son bastante parecidos a los de las células de su ser querido, quizá puede ser donante. No es necesario tener el mismo tipo de sangre.
La prueba de HLA es muy sencilla y consiste en un análisis de sangre o en un raspado bucal. Se puede hacer en el centro de tratamiento del cáncer donde se atiende su ser querido. Si no vive cerca de su ser querido, comuníquese con el programa "Be the Match" al 800-MARROW-2 o en bethematch.org para encontrar un centro de donantes cerca de donde vive.
Si es compatible, tendrá que firmar un formulario de consentimiento. También tendrá que hacerse un examen médico, incluido un análisis de sangre, para verificar que tiene buena salud.
Hay ciertos factores que pueden impedirle ser donante. Una persona no puede ser donante de médula ósea en los siguientes casos:
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Es mayor de 60 años
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Tiene determinadas afecciones médicas, como VIH o determinados problemas del corazón o de los riñones
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Recibió quimioterapia o radioterapia por un cáncer de tumor sólido hace menos de 5 años
Lo que puede suceder
Hay 2 métodos de donación: células madre de sangre periférica (PBSC, por su sigla en inglés) o médula ósea. El proveedor de atención médica elegirá el más adecuado para la persona con cáncer.
PBSC
Recibirá inyecciones de un medicamento que es un factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF, por su sigla en inglés), como el filgrastim, durante 4 o 5 días antes de la donación. El filgrastim hace que la médula ósea produzca y libere una gran cantidad de células madre en la sangre. Puede causar efectos secundarios, como los siguientes:
El proveedor puede recomendarle medicamentos para aliviarlos. Los efectos secundarios desaparecen una vez finalizadas las inyecciones.
El día de la donación, le extraerán sangre a través de una aguja en un brazo y la pasarán por una máquina que separa las células madre. Esto se llama aféresis. El resto de la sangre se devuelve al cuerpo. La mayoría de las donaciones se hacen en 1 sesión que puede durar varias horas.
Durante el procedimiento, puede sentir mareos u hormigueo o tener escalofríos o calambres musculares. Esto se debe a que los proveedores de atención médica usan medicamentos especiales para evitar que la sangre se coagule en la máquina. Los medicamentos pueden reducir el nivel de calcio de forma temporal. Es posible que le den suplementos de calcio. Los síntomas desaparecerán cuando termine la donación.
Alrededor de una semana después de la donación, volverá a sentirse como antes y podrá retomar sus actividades habituales, como la escuela o el trabajo.
Donación de médula ósea
Durante este procedimiento, un proveedor de atención médica usa unas agujas huecas para extraer o aspirar médula líquida (donde viven las células madre) de la parte posterior del hueso pélvico. Le colocarán anestesia, así que no sentirá nada de dolor. Por lo general, se extrae alrededor del 10 % de la médula, es decir, 1 litro (alrededor de 2 pintas). El procedimiento dura un par de horas. Una vez finalizado, deberá permanecer en el hospital durante unas horas bajo observación. Después del procedimiento, quizás note lo siguiente:
Estos síntomas solo duran algunos días. El proveedor puede recomendarle medicamentos para aliviarlos. El proveedor también controlará el nivel de glóbulos rojos. Si tiene un nivel bajo, es posible que deba tomar suplementos de hierro durante un período corto para aumentarlo.
La mayoría de las personas vuelven a sus actividades habituales en el plazo de una semana. Pero puede tardar varias semanas en volver a la normalidad por completo. El cuerpo repondrá todas las células madre perdidas en un plazo de 4 a 6 semanas.
Si decide donar células madre o médula ósea, es posible que sienta algo de dolor y molestias. Pero también debe sentir orgullo. La donación es el regalo más grande que puede hacer a una persona necesitada.