Meningitis
La meningitis es la inflamación del revestimiento que rodea el cerebro y la médula espinal (meninges). Suele ser causada por gérmenes que infectan el fluido y el revestimiento. Los tipos de meningitis incluyen:
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Meningitis bacteriana. Esta es causada por bacterias. Es una enfermedad grave que puede provocar problemas persistentes. Estos incluyen daño cerebral, pérdida de la audición y parálisis. Cuando no se trata rápidamente, puede causar la muerte, a veces en cuestión de días.
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Meningitis viral. Esta es causada por un virus. Es menos grave que la meningitis bacteriana. La mayoría de las personas mejora con el tratamiento de apoyo.
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Meningitis micótica. Esta es causada por la inhalación de esporas micóticas. A menudo es muy grave. Esto a menudo ocurre solo en personas con trastornos del sistema inmunitario, como el cáncer o el SIDA.
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Meningitis aséptica. Esto ocurre cuando hay inflamación de las meninges sin que se encuentren bacterias. A menudo, esta es causada por infecciones virales o micóticas. Pero puede ocurrir como una reacción a determinados medicamentos.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la meningitis?
Cualquiera puede tener esta afección. Estas personas se encuentran ante un mayor riesgo:
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niños menores de 5 años;
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adultos mayores;
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personas a las que se les ha resecado el bazo;
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personas que tienen más probabilidades de entrar en contacto con gérmenes que provocan meningitis (como niños en guardería, estudiantes en residencias universitarias y soldados en viviendas militares).
¿Cómo se propaga la meningitis?
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Pequeñas gotas. Los gérmenes de meningitis se propagan por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda, se ríe o habla. Puede inhalar los gérmenes. O bien, las manos pueden transportar los gérmenes a los ojos, la nariz o la boca.
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Persona a persona. Puede entrar en contacto con los gérmenes si comparte alimentos, un vaso, utensilios para comer o un cepillo de dientes con una persona infectada. Los gérmenes que provocan meningitis también pueden propagarse a través del beso.
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Diseminación directa. Los gérmenes que causan meningitis pueden diseminarse al cerebro y la médula espinal a partir de una infección en otra parte del cuerpo, como los senos paranasales o los oídos.
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Fecal-oral. Las personas con una infección por meningitis viral tienen el virus en las heces. Si no se lavan bien las manos después de usar el baño, pueden diseminar los gérmenes a objetos, como teléfonos y picaportes. Si toca los mismos objetos, puede levantar los gérmenes y luego transportarlos a la boca.
¿Cuáles son los síntomas de la meningitis?
Las meningitis viral y bacteriana comparten muchos de los mismos síntomas. Los síntomas comienzan repentinamente en ambas. No sabrá qué tipo de meningitis tiene, así que debe actuar rápidamente. Llame a su proveedor de atención médica de inmediato o busque atención médica inmediata si tiene dolor de cabeza intenso con alguno de los siguientes síntomas:
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cuello rígido;
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fiebre;
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confusión;
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somnolencia;
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convulsiones;
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sensibilidad a la luz;
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náuseas y vómitos;
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parálisis o debilidad.
Nota: Los niños pequeños, los adultos mayores y, ocasionalmente, otras personas pueden no tener dolor de cabeza como síntoma temprano de meningitis. La confusión inexplicable incluso sin dolor de cabeza puede deberse, ocasionalmente, a la meningitis.
¿Cómo se diagnostica la meningitis?
Las siguientes son pruebas utilizadas para diagnosticar la meningitis:
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Punción lumbar (punción espinal). Esta es la mejor manera de diagnosticar una meningitis. El proveedor de atención médica primero inyecta un medicamento anestésico para disminuir el dolor. Luego, se inserta una aguja en la espalda para tomar una pequeña muestra del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal.
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Pruebas por imágenes. Se puede realizar una RM o TC del cerebro para evaluar la presencia de inflamación e hinchazón. Se pueden realizar otras TC y radiografías para detectar el origen de la infección.
¿Cómo se trata la meningitis viral?
No hay medicamentos para tratar la mayoría de los tipos de meningitis viral. A menudo se resuelve por sí sola en una semana aproximadamente. Después de que se le haya realizado una evaluación médica, lo siguiente puede ser de ayuda para sus síntomas:
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Descanse en la cama.
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Beba abundante cantidad de líquido, como agua, jugo y sopa tibia, para prevenir la deshidratación. Una buena regla es beber lo suficiente como para orinar la cantidad habitual.
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Consulte a su proveedor de atención médica sobre medicamentos de venta libre para el dolor de cabeza y la fiebre.
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Evite las luces brillantes, ya que podrían molestarle los ojos.
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Llame a su proveedor si los síntomas empeoran o si hay signos de deshidratación. Estos incluyen boca seca, sed intensa y poca o nada de orina.
¿Cómo se trata la meningitis bacteriana o la micótica?
Se necesita atención hospitalaria urgente o de emergencia para la meningitis bacteriana o la micótica. En el hospital, los líquidos y los antibióticos se administran a través de una vía i.v. (intravenosa). También se pueden administrar medicamentos para reducir la inflamación. Cuando los síntomas son graves, es posible que se necesite un tubo para ayudar a respirar. Las personas con meningitis micótica o tuberculosa pueden necesitar medicación durante un tiempo prolongado.
Vacunas contra la meningitis bacteriana
Existen varias vacunas diferentes para diferentes tipos de meningitis bacteriana.
La vacuna contra Haemophilus influenzae tipo b (Hib) previene la meningitis causada por un tipo de bacteria llamada Haemophilus influenzae tipo b. Se recomienda para todos los niños menores de 5 años. Por lo general, se administra a lactantes a partir de los 2 meses de edad como una serie.
Las bacterias neumocócicas también pueden causar meningitis. Existen dos tipos de vacunas antineumocócicas: las vacunas antineumocócicas conjugadas (pneumococcal conjugate vaccines, PCV) y la vacuna antineumocócica polisacárida. Su proveedor de atención médica puede decirle qué vacuna es la adecuada para usted. Se recomienda la vacunación antineumocócica en todos los niños menores de 5 años y en todos los adultos de 50 años o más. Algunos otros adultos y niños pueden necesitar la vacuna según sus factores de riesgo.
Otro tipo de meningitis es la meningitis meningocócica. Se recomienda la vacunación a partir de los 11 hasta los 16 años de edad en niños. La puesta al día de las vacunas se puede lograr con administraciones a los 13 a 15 años o a los 16 a 18 años. Los estudiantes de primer año de la universidad que viven en residencias son un grupo de alto riesgo. También se recomienda la vacunación para las personas con alto riesgo a partir de los 2 meses hasta los 10 años de edad. Los bebés y niños de alto riesgo incluyen los siguientes casos:
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Quienes tengan afecciones médicas específicas:
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deficiencias de componentes del complemento (afección del sistema inmunitario con mayor riesgo de infecciones graves);
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asplenia funcional o anatómica (es decir, el bazo no funciona eficazmente o se ha extirpado), incluidas las personas con anemia de células falciformes.
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Quienes vivan en un área donde existe un brote de enfermedad meningocócica.
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Quienes viajan a áreas donde las enfermedades meningocócicas son comunes o donde hay un brote.
Para ayudar a prevenir la meningitis.
Estos son algunos consejos a seguir:
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Lávese las manos con frecuencia con jabón y agua corriente limpia. Si no puede lavarse las manos, use un gel para manos a base de alcohol que contenga al menos 60 % de alcohol.
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No comparta artículos personales, como alimentos, vasos, cubiertos o toallas.
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Si ha estado en contacto cercano con alguien que tiene meningitis, consulte a su proveedor de atención médica si debe tomar antibióticos para prevenir la infección.
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